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Ana Maria

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La nueva generacion de padres de familia

La nueva generacion de padres de familia

             Somos de las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los mismos errores que pudieron haber cometido nuestros progenitores. Y en el esfuerzo de abolir los abusos del pasado ahora somos los mas dedicados y comprensivos, pero a la vez los mas debiles é inseguros que ha dado la historia.

             Lo grave es que estamos lidiando con unos niños mas "igualados",beligerantes y poderosos que nunca existieron. Parece que en nuestro intento por ser los padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro. Asi que, somos los ultimos hijos regañados por los padres y los primeros padres regañados por nuestros hijos.  Los ultimos que le tuvimos miedo a nuestros padres y los primeros que tememos a nuestros hijos.  

            Los ultimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de nuestros hijos. Lo que es peor, los ultimos que respetamos a nuestros padres, y los primeros que aceptamos que nuestros hijos no nos respeten.  En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los terminos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal.

            En efecto, antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecian sus ordenes y los trataban con el debido respeto. Y buenos hijos a los niños que eran formales y veneraban a sus padres.  Pero en la medida en que las fronteras jerarquicas entre nosotros y nuestros hijos se han ido desvaneciendo. hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten.    Y son los hijos quienes ahora esperan el respeto de sus padres, entendiendo por tal, que le respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias, sus formas de actuar y de vivir. Y que ademas les patrocinen lo que necesitan para tal fin.

        Como quien dice, los roles se invirtieron y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganarselos y no a la inversa, como en el pasado.

        Esto explica el esfuerzo que hoy hacen tantos papás y mamás por ser los mejores amigos de sus hijos y parecerles "colegas" a sus niños. Se ha dicho que los extremos se tocan y si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los lleno de miedo y menosprecio al vernos tan debiles y perdidos como ellos.

         Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas, como lideres, capaces de sujetarlos cuando no se pueden mantener y de guiarlos mientras no saben donde van.

        Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga.    Solo una actitud firme y respetuosa les permite confiar en nuestra idoneidad para gobernar sus vidas, mientras sean menores, porque vamos adelante liderandoles y no atrás cargándoles y rendidos a su voluntad.

         Es asi como evitaremos que las nuevas generaciones se ahogen en el descontrol y hastio en el que se está hundiendo la sociedad, que parece ir a la deriva, sin parámetros ni destino.